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¿De dónde viene la gente? (Parte 1)

De diminutas bolsas de ácidos grasos que se formaron en el Océano de la Tierra primigenia, según las últimas teorías científicas… Pero vayamos por partes 🙂

Por los relatos históricos sabemos que ha habido «gente» desde hace siglos, incluso milenios, y ya entonces disponían de técnica, cultura y en muchos casos, de arte.


Hasta que Charles Darwin no tuvo su nunca suficientemente reconocida brillante idea sobre la evolución, no había otra explicación al origen de la humanidad que supersticiones e historias míticas o religiosas (y lo mismo para la existencia de animales, del suelo, del cielo, ¡de todo!).

Aún así, la evolución solo explica cómo la vida puede dar lugar a nuevas formas de vida, pero no explica como comenzó.

Este otro problema es la abiogénesis, es decir: ¿Cómo es posible que de una Tierra inerte, surja algo, por pequeño que fuese, vivo? Este precisamente es el tema del post de hoy.

Es bastante conocido el experimento de Miller que fué llevado a cabo en 1952, en el cual se simularon las condiciones de un «caldo primigenio», un océano de la Tierra de hace más de 4.000 millones de años y se aplicaron el equivalente a descargas eléctricas de rayos, entre otras cosas. El objetivo: ver qué saldría a partir de elementos sencillos (agua, metano, hidrógeno y amoniaco). Los resultados fueron noticia en todo el mundo: no sólo aparecieron azúcares y lípidos (grasas), sino aminoácidos, los elementos esenciales de las proteínas (y del ADN y ARN). Por suerte, se guardaron las muestras hasta hoy día, y en 2008 se comprobó que en realidad se llegaron a formar 22 aminoácidos, cuando los experimentadores en su día solo encontraron 5.

Está más que comprobado hoy día que compuestos «orgánicos» se pueden formar por procesos puramente físicos y químicos en la Tierra primigenia. De hecho, también se han observado estos compuestos en nubes interestelares. Así que la materia prima de la vida está en todas partes.

Pero de que las piezas de un puzzle estén todas en la mesa, a que el puzzle se haga solo, hay un trecho. Este es el punto «débil» al que los creacionistas se agarran porque es la única baza que les queda para meter el concepto de un «Diseñador inteligente».

La parte que creo no es tan conocida se debe a recientes estudios del premio Nobel de Medicina de 2009, el doctor Jack Szostak. Estoy seguro que en próximos años oiremos hablar mucho más de él, viendo que parecen liderar la investigación en el tema de creación de vida artificial por creación directa de genomas.

Según las teorías del Dr. Szostak y su equipo, el origen de la vida en sí pudo estar originado en bolsas (o vesículas) de lípidos, que serían las precursoras de las paredes de las células modernas. Y lo han comprobado experimentalmente.
Los pasos principales serían:

1) A partir de «trozos sueltos» de lípidos existentes en el medio, formación espontánea de vesículas:


2) Estas vesículas, pueden «crecer» cogiendo «alimento» del entorno (lo que también se podría ver como «comerse unas a otras«):


3) Algunos nucleótidos pueden atravesar la membrana:


¡Y ya está!
Tenemos «células» (vesículas de ácidos grasos) con aminoácidos en su interior (el germen de los futuros ARN/ADN). A partir de aquí, los aminoácidos que, por lo que sea, favorezcan que la vesícula crezca, sea más resistente al calor, etc… simplemente serán favorecidas por la presión evolutiva, dado que las vesículas se pueden «partir» por medios en principio puramente mecánicos (el origen de la «replicación»).

Este vídeo resume todo esto con animaciones (no demasiado llamativas, pero efectivas):




En resumen: es sólo la mejor teoría hasta el momento, pero es una teoría plausible de como con agua, aire, y calor, pueden aparecer «pequeñas cositas» que «crecen», «comen» y se «reproducen». Alucinante.

En el siguiente post seguiremos el camino desde estas pequeñas proto-bacterias hasta la gente.

Fuentes:

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