Una noche en 2007, Rogelio Bernal iba conduciendo junto a su mujer por una autovía de California cuando el precioso cielo nocturno le obligó a hacer una parada y realizar unas cuantas fotografías de nuestra galaxia. Cuando llegó a casa y comparó sus fotos con las que encontró en internet, solo podía preguntarse ¿pero cómo hace la gente esas fotos? Este post es el resultado de sus dos años de experimentación y estudio para responder a esa pregunta. La imagen final que se obtendrá es esta impresionante composición de la zona central del cinturón de Orión:
PASO 1
Encontrar un lugar libre de contaminación atmosférica y lejos de grandes ciudades, y disponer de un mínimo de material. Andreo utilizó un telescopio Takahashi, trípode, una cámara SBIG STL11000M, cables, baterías, un portátil Asus, y «por supuesto café» 🙂
PASO 2
Realizar las tomas originales. La foto de abajo es una de las 11 tomas en blanco y negro, cada una con un tiempo de exposición de 15 minutos, y guardadas en RAW para evitar pérdidas por compresión. Aunque la imagen parece realmente oscura, hay muchos detalles que aún no se ven a simple vista pero que la cámara ya ha capturado:
PASO 3
Las 11 fotos se colocan ahora una encima de otra usando el programa gratuito DeepSkyStacker, y se obtiene la imagen promedio de todas ellas. Al hacer esto, se elimina el ruido, ya que la parte que «realmente está ahí«, estará en todas las fotos, mientras que el ruido, al ser aleatorio, se anulará entre unas tomas y otras:
Se hace una «calibración del fondo», que consiste en igualar la posición de los picos de los histogramas de color:
PASO 5
Ahora se juega con el histograma, empujando los máximos, mínimos y estirándolo para ajustar el contraste. En este punto es cuando realmente aparecen muchas estrellas que antes no se veían a simple vista:
PASO 6
Ahora viene el color. Además de las tomas en blanco y negro en alta resolución, se repiten los pasos anteriores con tomas en color (RGB) aunque sean de peor resolución, obteniendo algo como ésto:
PASO 7
Sobre la luminancia de las fotos en blanco y negro, se añade el color obtenido en el último paso, obteniendo así una imagen de alta definición y con color. ¡Ah!, y Andreo aprovechó para girar 90º la imagen en este último paso porque «me gustaba más así»:
Mi conclusión: ¡hacen falta enormes dosis de paciencia, arte y tecnología para conseguir estas fotos! Pero merecen la pena 🙂
Nota: El post es una versión traducida libremente del original en Wired.