Aunque me acerque a Belén Esteban con esta frase, estoy convencido de que vivimos en la prehistoria, en una época tan primitiva donde las cosas más básicas apenas las vislumbran los mejores científicos del mundo, y ya ni hablar de que «la gente de a pie» sepa por donde va la Ciencia.
Ayer, jueves 20 de Mayo de 2010, fue un día histórico para la biología. Como publica Science, el equipo de Craig Vente (EEUU), que ya consiguiera la hazaña de secuenciar el genoma humano a principios de siglo, ha creado la primera célula a partir de un genoma sintético.
En realidad, lo que esto quiere decir es que partieron de la secuenciación del genoma de una variedad existente en la Naturaleza de una bacteria del género de los micoplasmas, con una longitud de ~1 millón de pares (o «letras del ADN»).
Después, usando una complejísima secuencia de pasos intermedios y «corta y pega» bioquímicos, escribieron desde cero ese código a partir de productos químicos de sus estanterías. Al introducir el genoma en otra desdichada bacteria, el genoma sintético tomó el control de ella y empezó a vivir y funcionar con normalidad, incluyendo la reproducción.
Acababa de nacer la especie «Mycoplasma mycoides JCVI-syn1.0«.
En sus genes se introdujeron intencionadamente pequeñísimas diferencias a modo de marcas (watermarks) que se expresaran y fueran detectables, diferenciando químicamente a la nueva especie.
Para comparar la composición del interior de una célula de la especie «salvaje» y de la sintética, los investigadores han realizado un análisis de proteínas (proteomic analysis), cuyo resultado sobre un gel es lo que muestro arriba a la derecha. Otra verificación más de la similitud en composición entre la especie original y la sintética.
Aparte de (en mi opinión) estériles debates sobre la ética de este tipo de investigaciones, el manido «jugar a ser Dios», etc. todo esto, ¿a dónde lleva?. Repito mi comienzo del post: vivimos en la prehistoria de muchas ciencias, no solo la biología. Quién crea que vivimos en un «mundo avanzado tecnológicamente» que se pregunte porqué aún no podemos diseñar bacterias que limpien el petróleo del mar, o algas y plantas que consigan regular el clima del planeta al gusto, etc.
Termino con la famosa anécdota (posiblemente falsa) sobre Michael Faraday:
Cuentan que después de la conferencia se le acercó un político quien le hizo la pregunta:
«Pero señor Faraday, ¿para qué va a servir la electricidad establecida tan sólo durante una fracción de segundo por ese imán?»
Faraday respondió:
«Señor, dentro de veinte años estará usted cobrando impuestos sobre esa electricidad.»