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Nevada (EEUU): primer Estado del mundo en legislar para coches robots sin conductor

Los vehículos robóticos están cada vez más cerca de ser capaces de conducir de manera segura sin necesidad de humanos.

Ya escribí por aquí sobre el caso de un vehículo autónomo que había viajado desde Italia a China sin conductor, o sobre los avances en el proyecto de Thrun en Stanford (apoyado por Google), con más de 200 mil kilómetros de rodaje en pruebas. Para quien nunca haya visto uno de estos vehículos, éste es un vídeo de una demo del coche de Stanford para unos periodistas:
En mi opinión (es un tema que me pilla cercano), la mayor barrera de tipo técnico que queda por resolver es claramente del tipo de interpretación sensorial: existen costosísimos sistemas basados en escáners láser (fijaos en los «trastos que dan vueltas» sobre los coches de los vídeos) que permiten a un coche conocer todo lo que hay en su entorno en 3D, pero la cantidad de datos es tal, que su interpretación (nada fácil de por sí) es difícil realizarla en tiempo real. La interpretación de los datos sensoriales está a su vez estrechamente unida al problema de la localización del vehículo (o SLAM), que necesita saber dónde está con una precisión órdenes de magnitud superiores a las que permite el GPS hoy día. Para saber si puedo adelantar al de enfrente, no me vale que la señal de un satélite GPS se jorobe y me diga que estoy de pronto 3 metros a la izquierda. Eso es a todas luces un error inaceptable. Para resolver esto último, los prototipos emplean sistemas GPS+RTK.
En cualquier caso, la filosofía de depender casi al 100% de estos escáners láser y receptores RTK debe erradicarse en un futuro lejano si se pretenden llevar a la producción en masa. No sólo es que estos sensores cuesten varias veces lo que un utilitario normal de hoy día, sino que se podrían producir interferencias entre los distintos vehículos en lugares con aglomeraciones de tráfico.
Por todo eso, mi opinión es que forzosamente los vehículos autónomos del futuro deberán basarse casi al 100% en el mismo sistema que usamos nosotros: la visión. Con la ventaja de que en lugar de dos «ojos», cada coche podría tener 16 sin mayor problema que la interpretación robusta de las imágenes, un campo tremendamente difícil pero en el que cada año se están haciendo avances espectaculares. 
Todas las técnicas y algoritmos de estos prototipos están actualmente sufriendo una mejora continuada, y llegará el día que dejen los prototipos para instalarse en modelos de producción en masa y sean capaces de conducir con seguridad en entornos urbanos, detectarse unos vehículos a otros (y por supuesto, a peatones), detectar mediante visión artificial las señales de tráfico (esto ya está implementado en algunos modelos comerciales), etc… 
Cuando llegue ese día en que todos los problemas ingenieriles estén (razonablemente bien) resueltos, llegará el GRAN problemael legal.

Hace unos días, el estado de Nevada (EEUU) ha tramitado una ley (Assembly Bill 511) que por primera vez deja abierta la puerta explícitamente a la homologación de vehículos robóticos para conducción por las carreteras de manera normal. Se dice que el Departamento de Transporte del Estado se hará responsable de los estándares de seguridad, pruebas y estándares de aseguramiento para cualquier vehículo que conduzca sin conductor.

Las ventajas teóricas de los coches sin conductor son enormes: menores atascos y esperemos que una bajada drástica de las muertes en las carreteras, ya que la mayoría de los accidentes se producen por despistes del conductor, cansancio o por conducción inapropiada, todos ellos fallos de la naturaleza humana de los conductores, que muchas veces nos hace actuar de forma irracional.

Esta primera ley en Nevada simplemente es un primer paso, pero iniciaría la maquinaria burocrática necesaria para «pasar la pelota» de ciertas decisiones a los departamentos del estado adecuados, que deberían ponerse a trabajar en las responsabilidades que la ley les impone.

Aún así, a esta ley deberían seguir muchas otras piezas de legislación, ya que ni siquiera se mencionan por ahora:

  • Demandas civiles: ¿qué ocurriría en caso de accidentes?. La ley ni menciona la palabra «accidente».
  • ¿Quien controla el vehículo? No se discute la posibilidad (perfectamente factible) de que un vehículo ni siquiera se controle por un conductor dentro del coche, sino por alguien sentado cómodamente en su sofá de casa desde su portátil. O bien un vehículo puede realizar una ruta rutinaria preprogramada a diario, etc… 

Las complicaciones son miles.

Aún así, estamos asistiendo a un valiente intento de legislación de, probablemente, finales de siglo XXI por personas muy adelantadas a su tiempo.

Para terminar el post con buen sabor de boca, os dejo con un par de vídeos:

Esta otra demo del mismo equipo de Stanford, esta vez un poco más espectacular: conduciendo montaña arriba un Audi TTS por los Pike’s Peak:

Y este otro del DARPA Urban Challenge, en el que el amigo Thrun nos explica orgulloso cómo funciona el coche que participó por el equipo de Stanford:

Fuente: 1

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