El diseño científico y racional se encuentra en tantos objetos cotidianos que es fácil pasar muchos por alto. Por ejemplo, hoy vamos a ver por qué los escalones metálicos de muchas escaleras, especialmente las construidas de la forma más económica posible, ahorran material al usar esas formas típicas con ángulos en «L», «U» o «S».
Escalones metálicos, con el típico perfil en «S» (fuente) |
El objetivo que se tiene en mente al diseñar un escalón metálico es, básicamente, que aguante un cierto peso sobre él sin «doblarse» (técnicamente, flectar) en exceso. El tipo de deformación, visto en perfil, es el siguiente:
Deformación del tipo «flexión» (créditos) |
Saber cuánto va a flectar un elemento sólido deformable (cualquier pieza metálica es elástica y deformable) es el campo de una parte de la física llamada (¡tachán!) mecánica del sólido deformable. En la práctica, como suele pasar con todas las ciencias, las ecuaciones a las que se llega solamente tienen solución para casos idealizados («sea una vaca esférica…»), pero aún así tienen una aplicación práctica importantísima a todas las ramas de la arquitectura e ingenierías industriales, mecánica y de la construcción.
Por supuesto, el auge de los ordenadores en las últimas décadas ha permitido olvidarse de esas ecuaciones aproximadas y directamente resolver cualquier problema mediante integración numérica (dando lugar al método de los elementos finitos), pero para el tema de hoy nos basta y nos sobra con nuestras vacas esféricas.
En concreto, para ver qué le pasa a un escalón metálico, vamos a usar la (burda) aproximación de asumir que es mucho más largo que ancho, con lo que nos sirven las ecuaciones normalmente usadas para vigas en construcción.
La primera aproximación que nos permite esto es simplificar el estado de tensiones que sufre el material a lo largo de su interior, normalmente dado por un tensor de tensiones con 9 valores para cada punto del espacio,
Representación del tensor de tensiones T al cortar un sólido (fuente) |
y simplificarlo, como digo, a solamente tres valores de esfuerzos (que son fuerzas, frente a las tensiones que eran fuerzas por unidad de superficie) a lo largo del eje longitudinal x:
- N(x): Esfuerzo axil («paralelo al eje»)
- V(x): Esfuerzo cortante («perpendicular al eje»)
- M(x): Momento flector (el momento de fuerza que tiende a «doblar» el elemento)
Si estamos interesados en saber «cuánto se dobla» nuestro escalón, lo que queremos obtener es la llamada flecha (v(x)), que indica cuánto se desplaza el elemento en cada punto x con respecto a su posición inicial.
La ecuación diferencial que sigue la flecha es:
[ frac{d^2 v(x)}{dx^2} = frac{M(x)}{EI_z} ]
donde E es una constante que dice lo elástico que es el material, e (I_z) es el momento de inercia del área, al que luego volveremos porque es el quid de la cuestión.
Para determinar el valor de M(x) tenemos que saber de qué forma particular se le aplica el peso (o carga) al escalón, por lo que nos lo pondremos fácil y supondremos (otra aproximación más…) que el peso se reparte uniformente tal que q(x) nos dice cuántos kg/m aplicamos:
(Créditos) |
Como se puede demostrar que la relación entre la carga q(x) y el momento es:
[frac{d^2 M(x)}{dx^2} = q(x) ]
[ frac{d^4 v(x)}{dx^4} = frac{1}{E I_z} q(x) ]
Exactamente esta misma razón es por lo que las vigas en construcción tienen esos perfiles donde se coloca todo el material posible lejos de su eje central:
Perfiles normalizados tipo IPE como los usados en construcción (fuente) |