Ya que me metí en el berenjenal de abordar este complejo tema, veo justo publicar la siguiente carta que al respecto envía el periodista Pablo J. Ginés (La Razón), pidiendo explícitamente que así lo haga. Y más cuando está muy bien escrita y puede aportar otros puntos de vista. Por su extensión no cabe como comentario en el post original, pero he añadido allí un enlace a esta carta.
Hola, soy Pablo J. Ginés, el periodista que escribe de Religión en La Razón. Felicito a José Luis por su esfuerzo al abordar con honradez un tema tan complicado y tanto tiempo. Yo mismo, que soy profesional del periodismo religioso, al no serlo de la contabilidad eclesial me lío mucho con ello.
Con todo, hay conclusiones que creo que no son correctas o que mucha gente no entiende. Veamos cuales son mis tesis:
1) Cuando los periodistas o los blogueros titulamos «La Iglesia da un cheque de 5 millones a Cáritas» (ceremonia reciente nacida con la crisis por su valor simbólico)… ¡¡¡en realidad titulamos mal!!! Lo correcto es decir: «La Conferencia Episcopal da un cheque etc, etc…»
2) Es incorrecto e injusto referirse a la Conferencia Episcopal como «la Iglesia» o, peor aún, «la Iglesia institucional». Por ejemplo, hace 60 años no existían las conferencias episcopales y nadie duda de que existiese la Iglesia. Es ABUSIVO y desinformador decir llamar «la Iglesia» a tal o cual Conferencia Episcopal… Solo se justifica si uno es un pobre periodista de papel y no le cabe un titular y pone «Iglesia» para resumir… pero no es serio.
3) Desde un punto de vista periodístico (no teológico) entiendo y admito que haya algo llamado «Iglesia institucional» para distinguirlo de «Iglesia fieles de a pie» o incluso de «Iglesia entidad mística con un nivel sobrenatural». Pero esa «Iglesia institucional» debe incluir, obligatoriamente, a toda la jerarquía, es decir: Papas, cardenales, dicasterios vaticanos, obispos locales, curas, diáconos y al clero regular (órdenes religiosas, femeninas incluidas)… y algunas entidades modernas que los coordinan y sirven, entre ellas la Conferencia Episcopal o la Confer (lo mismo pero de las órdenes religiosas).
4) Por eso, es abusivo decir o titular «La Iglesia da solo un 1% del dinero de Cáritas». En todo caso, lo justo es titular -y aquí hablo como especialista en mi campo- la Conferencia Episcopal da un 1%.
5) Hay que entender además QUÉ ES la Conferencia Episcopal: no manda casi nada, porque cada obispo es independiente bajo el Papa. Es sólo una oficina en Madrid, con varias habitaciones, para realizar una serie de gestiones: acoger reuniones, hacer un poco de relaciones públicas ante la sociedad civil y coordinar una serie de campañas de ámbito español. [En otros países las Conferencias Episcopales hacen otras cosas: Escocia tiene una y Inglaterra-Gales otra, por ejemplo; la de Rusia abarca un sexto del planeta pero cabe en un coche; Noruega-Suecia-Finlandia comparten una sola…]. NO: la Iglesia NO es la Conferencia Episcopal. La Conferencia es más bien una oficina para que los obispos se reunan.
6) Hablemos ahora de Cáritas en España: yo mismo aún no lo tengo todo claro. Pero sí algunas cosas: existe Caritas Española, existen las 68 Cáritas diocesanas y existen las, digamos, 11.000 Cáritas parroquiales (hay 22.000 parroquias en España, pero imaginemos que muchas rurales no tienen Caritas local).
7) Veamos la Cáritas parroquial de mi parroquia en Madrid, pequeña y pobre en el Barrio de San Blas. Tiene servicio de ropero, pero no sale en la estadística de Cáritas Española. Tiene recogida de alimentos, pero tampoco figura. Colecta mensual para Cáritas entre los feligreses en misa: ¡no se daría ese dinero a los necesitados si no hubiese feligreses! Esto sí sale en las cifras de la diócesis de Madrid: las parroquias de Madrid diócesis (es decir, ni Getafe ni Alcalá) recaudaron 5,6 millones en 2011… y se lo gastaron en las parroquias, es decir, en los pobres de las parroquias. La diócesis sabe la cifra, pero no lo contabiliza como «Cáritas Diocesana» (Caritas Diocesana de Madrid presupuestó 23 millones de euros en 2011, independientes de los 5,6 que hemos dicho: el 74%, dijo su director, viene de la «comunidad cristiana», un 8% de fondos propios, SOLO UN 3% del IRPF; en otras diócesis puede ser distinto).
Sigamos con la Caritas de mi parroquia: personal asalariado, ninguno. Horas de trabajo profesional: mogollón, pero de voluntarios. Personal disponible 24 horas: el padre Diego y las tres religiosas que ayudan allí, más las tres señoras mayores siempre en el lugar. Otro personal: tres o cuatro voluntarios más. Supongo que son contabilizados como 10 voluntarios entre los 7.100 de la diócesis de Madrid. ¿Quién les paga el trabajo para Cáritas? ¡¡¡Dios!!!
Porque sin Dios, es decir, sin la Iglesia, no habría parroquia, ni padre Diego, ni las tres hermanas ni las señoras ni los voluntarios. Cáritas ONG tiene 8 o 10 personas allí, y comida, y ropero, etc… porque hay Iglesia. Y muy institucional, porque ser cura es ser iglesia institucional, y ser parroquia es ser iglesia institucional.
Si mañana, como pasó en países comunistas varios, queda abolida o prohibida la Iglesia, el templo lo vende el Estado para sacarse un dinerito y se anima a la gente solidaria a crear una entidad solidaria en el barrio… bueno, a ver lo que salía. La experiencia de los países en los que ha pasado es que no se crea casi nada util.
En cambio, allí donde hay un poco de comunidad católica, ya hay Caritas eficaz: en Arabia, Mongolia o Kirguzistán, con un cura, dos monjas y cuatro católicos ya tienes una Cáritas funcionando. [Busca en Google Caritas MONGOLIA o pon el país que quieras].
A lo que voy es que la Iglesia INSTITUCIONAL pone los locales, convoca la colecta mensual, pone la hucha fija, dice a la gente que venga a misa cada domingo, teje red social cuando viene, los recluta de voluntarios, etc…
Lo del «voluntario de Cáritas no creyente, muy majo pero sin fe» es un MITO: un estudio en Asturias lo cifraba en un 4%. En Madrid me dice el delegado que ni eso, que el 97% o más son CATOLICOS PRACTICANTES. Sin clero y parroquias y misa no hay católicos practicantes, y sin ellos no hay Caritas.
8) La crucecita del IRPF para «la Iglesia» (como decimos simplificando) ¿ayuda a Cáritas? SI. ¿Cómo? Ayudando a las parroquias y al clero y a los gastos operativos de la diócesis.
Con eso del IRPF pagamos la luz de los locales donde damos catequesis… que son los mismos donde almacenamos la ropa o los alimentos, o donde preparamos la colecta. Pagamos la gasolina del cura rural que visita 7 pueblos… y así ve quién necesita una visita del médico o el asistente social, o a quien encomendar una Cáritas parroquial. Pagamos el mantenimiento de las estufas: 400 euros al año; obligatorio por ley en Cataluña, para evitar incendios. [Ojo: solo mantenimiento; luego está el gasto de gas, etc…]. De esos niños que hacen catequesis, gastan agua (que se paga con el IRPF, en parte], agobian al catequista (que no cobra), rompen lápices, gastan luz, etc… saldrán los voluntarios de Cáritas de 2025 o -dado que el voluntario medio tiene 60 años- de 2062.
La campaña de la crucecita de la equis relaciona el IRPF con Cáritas porque el IRPF mantiene el tejido social, la red humana, la economía de escalas, que se llama Iglesia Católica -sus parroquias y culto- que es la que proporciona locales y personal a Cáritas.
9) Me parece un poco absurdo que Roglà, el de Cáritas de Barcelona, comentase las palabras de Rouco. Yo soy de Barcelona. Rouco está mal visto en Barcelona por un terrible pecado: es español. Cierto clero busca simpatías del donante nacionalista distanciándose de los españoles, que «son como Rouco». Pero es IRRELEVANTE que Roglà diga que Caritas Barcelona solo recibe X del cheque de la Conferencia Episcopal.
Lo RELEVANTE, creo, sería que contase:
1) cuántos voluntarios tiene movidos por la fe, y cuánta agua, electricidad, lápices y horas de catequista invirtió la Iglesia diocesana en esa fe.
2) Cuántos de sus locales y servicios dependen de locales, gastos, aguas, electricidad, etc… diocesanos o de órdenes religiosas
3) Cuánto dinero se recauda en el Dia de Germanor, en las huchas parroquiales, etc para Caritas Barcelona… ¡Sin Iglesia institucional no hay ni colecta ni huchas parroquiales ni nada!
Y así verá lo que aporta la Iglesia institución (diocesana) a su Cáritas diocesana.
¡¡Es evidente que la Conferencia Episcopal sólo hace un donativo simbólico a Cáritas Española!! Pero es que la Conferencia Episcopal, como digo, es una oficina; y el Fondo Común Interdiocesano no es más que una herramienta para redistribuir el mantenimiento de parroquias y clero (es decir,de comunidades), para que las regiones ricas y pobladas apoyen a las rurales y despobladas y envejecidas.
10) RESUMIENDO: no es serio ni responsable (y lo digo como periodista y profesor de Periodismo) titular «La Iglesia sólo aporta un 1% a Cáritas» o «La Iglesia institucional sól aporta, etc…»… porque la Iglesia institucional incluye a las instituciones de la Iglesia (diócesis, parroquias, clero, etc…) y porque Cáritas no es sólo Cáritas española, sino las 68 diocesanas y las casi incuantificables Caritas parroquiales.
Pero es que además la red es «virtuosa» (lo contrario del círculo vicioso). Por ejemplo, los 13 comedores de Madrid que repartieron 1 millón de comidas en 2011… ¿Quién paga las comidas? Cáritas. Pero ¿quién pone los locales y el personal? ¡¡Pues una serie de órdenes religiosas: las de San Vicente de Paul, las salesianas, etc…!!
Y ESO sólo para medir Cáritas!!!! Le sumas Manos Unidas, que cada orden religiosa tiene su propia ONG, los colegios, los hospitales, las misiones, los consagrados, los efectos de educar en hábitos saludables, las redes sociales fuertes, los centros de orientación familiar, el apoyo a la natalidad, el respeto a la autoridad, el fomento del asociacionismo y voluntariado, la conservación del patrimonio artístico, la cultura que atrae turismo y genera industrias y riqueza… y en fin, es una red inacabable.
Aún me faltan datos para hacer «el artículo refinitivo sobre Cáritas y su economía de escalas», me encantará recibir puntualizaciones y más datos… pero creo que con esto podemos hacernos una idea de por donde van las cosas.
De nuevo gracias por interesarte por el tema y perdón por haberme extendido tanto.
Pablo J. Ginés