Esto se hace variando la relación de transmisión, el tamaño relativo de los platos y piñones (o gear ratio), que es lo que realmente transforma nuestro esfuerzo en una mayor o menor velocidad.
Piñón de 9 velocidades (Créditos) |
Dependiendo del modelo de bicicleta, podemos encontrar desde bicis monomarcha hasta otras con más de 20 o 30 marchas, que corresponden a las distintas combinaciones de platos y piñones.
¿Y si existiera un sistema de transmisión que no permitiera unas pocas decenas, sino infinitas relaciones de transmisión?
Pues bien, existen distintos sistemas que permiten precisamente esto desde hace unos cuantos años, y se llaman CVTs (por el nombre en inglés, Continuously Variable Transmission).
En particular, una implementación se ha convertido en una solución comercial disponible para bicis: la transmisión NuVinci. Al igual que otros sistemas de bici convencionales, permite rangos de relaciones de transmisión de un ~350% (i.e. la marcha más larga es 3,5 veces la más corta), pero permite ir variando la relación precisamente según el ciclista lo vaya necesitando.
El principio mecánico se explica en el siguiente vídeo: básicamente, es parecido a un planetario, pero en lugar de engranajes, el par se transmite a través de unas esferas. Variando el ángulo sobre el que se aplican la entrada y la salida sobre estas esferas, cambia la relación de transmisión. Realmente no llega a haber contacto físico entre las bolas y los discos, pero el fluido que rellena la caja se transforma en casi sólido justo en los pequeños huecos entre las bolas y los discos debido a las altas presiones, transmitiendo las fuerzas entre ambos cuerpos:
Este otro esquema representa una vista estática de este sistema:
(Créditos) |
Y para terminar, aquí se puede ver en funcionamiento sobre una bici real:
Aparte del evidente inconveniente del precio, otros inconvenientes que tiene este sistema en comparación con el sistema de cambios normal son: su peso (más de 2.5kg en la versión más moderna) y que necesita un mayor mantenimiento.
Otra cuestión que me surge es si realmente un ciclista aficionado necesita un control tan fino sobre la transmisión… Yo creo que no, pero ¿qué pensáis?