La respuesta del físico Neil deGrasse Tyson no puede ser más ambigua: «No estoy seguro«.
A continuación dejo una versión en vídeo de su respuesta, editada por los amigos de MinutePhysics. Aunque el inglés se entiende bastante bien, os dejo la traducción abajo.
Cualquier persona que exprese una respuesta más firme a la pregunta está reclamando un acceso al conocimiento que no se basa en fundamentos empíricos. Esta manera de pensar muy persistente, común a la mayoría de las religiones y algunas ramas de la filosofía, no ha logrado mucho en los esfuerzos del pasado para comprender, y por lo tanto predecir el funcionamiento del universo y nuestro lugar en él.
Afirmar que el universo tiene un propósito implica que el universo tiene intención. E intención implica un resultado deseado. Pero, ¿quién tendría el deseo? ¿Y cuál sería el resultado deseado? ¿Es la vida basada en el carbono inevitable? ¿O los primates vivientes son el pináculo neurológico de la vida? ¿Son las respuestas a estas preguntas aún sin expresar un posible sesgo profundo del sentimiento humano? Por supuesto, los humanos no estuvimos por aquí para hacer estas preguntas durante el 99,9999% de la historia cósmica. Así que si el propósito del universo era crear seres humanos, entonces el cosmos era vergonzosamente ineficaz al respecto.
Y si un objetivo adicional del universo era crear una base fértil para la vida, entonces nuestro entorno cósmico tiene una extraña manera de demostrarlo. La vida en la Tierra, durante más de 3,5 millones de años de existencia, ha sido constantemente asaltada por fuentes naturales de caos, muerte y destrucción. La devastación ecológica provocada por volcanes, cambios climáticos, terremotos, tsunamis, tormentas, pestes, y sobre todo asteroides asesinos, han extinguido al 99,9% de todas las especies que han vivido aquí.
¿Qué hay de la vida humana? Si usted es religioso, puede declarar que el propósito de la vida es servir a Dios. Pero si eres una de los 100 mil millones de bacterias que viven y trabajan en un solo centímetro de nuestro intestino inferior (que rivaliza, por cierto, el número total de personas que alguna vez han nacido) quizás darías una respuesta completamente diferente. En su lugar, podríamos decir que el propósito de la vida humana es ofrecernos un lugar oscuro, pero idílico, el hábitat anaeróbico de la materia fecal.
Por lo tanto, en ausencia de arrogancia humana, y después de filtrar las evaluaciones delirantes que promueve dentro de nosotros, el universo se parece cada vez más al azar. Cuando los acontecimientos que habrían de ocurrir en nuestro mejor interés son tan numerosas como otros eventos que rápidamente nos podrían matar, la intención última es difícil, si no imposible, de discernir. Así que aunque no puede presumir de saber con seguridad si el universo tiene un propósito, las pruebas en contra son fuertes y visibles para todo aquel que ve al universo tal como es y no como quiere que sea.
Podéis leer las respuestas tan distintas que dieron otros pensadores, que dependiendo de sus inclinaciones ideológicas van del «SÍ» al «NO» tajante. Y tú, ¿qué piensas?