Los 1164 sismos registrados entre el 20 de octubre de 2012 y el 7 de enero de 2013 (Fuente: IGN) |
Hoy, un equipo de investigadores de las universidades de Jaén y Granada publican un informe (en constante actualización) en que desmienten que exista una relación causa efecto plausible entre el llenado del embalse y el inicio de la serie sísmica que vive la zona. El principal argumento es que dicho embalse empezó a llenarse unas dos semanas después del comienzo de la serie sísmica que ocurrió el 20 de octubre de 2012, pasando durante un tiempo desapercibido para la población:
Número e intensidad de terremotos. |
Sin poder descartar al 100% que el pantano pueda tener algo que ver, se argumenta también que en 2011 el volumen de agua acumulada fue muy superior al actual, haciendo esta hipótesis sobre la causa de los terremotos muy poco probable:
La profundidad estimada de los sismos es de entre 2 y 4km, bastante superficial y, según los expertos, lo que lo sitúa en el basamento del terreno, de la edad Paleozoica. Sobre la explicación a esta serie de movimientos, los investigadores explican que puede formar parte de un proceso natural de «rebote» que tiende a levantar el terreno del área:
La distribución inicial de los epicentros obliga a pensar, al igual que en los otros sectores donde ocurrieron anteriores series, en movimientos de numerosas pequeñas fallas o fracturas. A partir de la distribución actual de los epicentros no es posible señalar con seguridad sus direcciones. Es posible que se tengan fallas NE-SW y otras quizás NW-SE.
El área de Torreperogil-Sabiote, como muchas otras de la Cordillera Bética, está levantándose en la actualidad. Sedimentos del Mioceno superior de carácter marino hoy día se encuentran a casi 900 m de altura. La causa de este levantamiento es discutible, siendo posible pensar en un cierto reajuste isostático debido a la erosión producida, que ha descargado de peso toda la región y produce un fenómeno de rebote, así como que durante buena parte del Mioceno medio y superior, al menos, la corteza en la actual Cuenca del Guadalquivir se flexionó y hundió como respuesta al apretamiento cortical que sufría la Cordillera Bética; actualmente tiende a recuperarse de ese hundimiento y por tanto a levantarse. Las fallas del basamento están probablemente relacionadas con este levantamiento, sin descartar el que estén acomodando las compresiones y deformaciones de los esfuerzos predominantes en esta región.