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Las dos «lunas» que orbitaron la Tierra entre 1996 y 2006, y otros bichos raros

Las órbitas elípticas no son las únicas posibles cuando se trata de objetos que orbitan gravitacionalmente los unos alrededor de los otros. De hecho, el problema de calcular de forma exacta las órbitas de únicamente tres cuerpos es extraordinariamente complejo, y eludió a las capacidades del mismo Newton. El caso más evidente de este problema se da con la órbita de la Luna, influenciada tanto por la Tierra como por el Sol, aunque en este caso se puede ignorar el efecto del Sol y se llega a una aceptable aproximación de órbita elíptica alrededor de nuestro planeta.

Hasta aquí nada raro: cuerpos que orbitan unos alrededor de otros en trayectorias circulares o elípticas. Sería Lagrange quien, a finales del siglo XVIII, encontró las primeras soluciones «más raras» al profundizar en el estudio de qué ocurría exactamente en el caso de los tres cuerpos. Encontró lo que hoy llamamos cinco puntos de Lagrange, lugares donde un objeto pequeño puede llegar a un equilibrio con respecto a otros dos cuerpos grandes (p.ej. Tierra-Sol, o Tierra-Luna), manteniendo la posición constante con respecto a estos dos de manera indefinida.

704px-Lagrange_points2.svg
Puntos de Lagrange (Créditos: Wikimedia Commons)

Estos puntos hacen de «atractores», acumulando polvo, asteroides, etc…  pero también se han empleado para colocar numerosas naves espaciales (ver lista), por la evidente ventaja del poco control necesario para corregir su posición.

Pero algo aún más extraño se descubrió el 20 de diciembre de 2003: una pequeña piedra, de apenas 10 metros, que viajaba junto a nuestro planeta como si fuera otra pequeña luna. Es el quasi-satélite 2003 YN107, y solamente orbitó cerca de nuestro planeta entre 1996 y 2006, año en que entró en una órbita de «herradura» en sincronización con nuestro planeta: durante unos siglos parecerá alejarse lentamente, dando una vuelta alrededor del sol (desde nuestro punto de vista) para aparecer por el otro lado y volver a orbitarnos unos cuantos años.

 

Órbita de herradura del objeto 2002 AA29, muy similar al 2003 YN107.

Además de estos quasi-satélites, también nos acompañan por el espacio «asteroides troyanos«, como éste descubierto en 2010:

No está sólo: el asteroide Cruithne también se encuentra en sincronía 1:1 con la Tierra, describiendo una órbita elíptica con período de un año terrestre:

Orbits_of_Cruithne_and_Earth
Órbita de Cruithne junto a la Tierra (Créditos: Wikimedia Commons)

Lo que tiene de particular este tipo de órbitas es que, vistos desde nuestro planeta, los cuerpos parecen realizar un movimiento periódico digamos… poco usual. Mejor verlo con esta excelente animación:

Horseshoe_orbit_of_Cruithne_from_the_perspective_of_Earth
La misma animación de antes, pero con la Tierra como punto fijo de observación (Fuente)

Si quieres, puedes  leer mucho más en:

[1] Connors, M.; Veillet, C.; Brasser, R.; Wiegert, P.; Chodas, P.; Mikkola, S.; Innanen, K. (August 2004). «Discovery of Earth’s quasi-satellite». Meteoritics & Planetary Science 39 (8): 1251–1255. Bibcode:2004M&PS…39.1251C. doi:10.1111/j.1945-5100.2004.tb00944.x

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