Solamente hay unos 60 días al año en los que no hay ningún terremoto, y es precisamente en esos días en los que los sismógrafos pueden detectar, libres del «ruido» de terremotos, esa pequeña vibración de fondo bautizada como el Earth hum. No podemos oír el ruido por su débil intensidad (mueven el suelo como mucho 1 milímetro) y por estar mucho más allá del umbral del oído humano, a unos 2-7 mHz.
El origen de las oscilaciones, compuestas de armónicos esféricos (ver este excelente simulador con animaciones) ha sido identificado en la última década, pero sigue siendo un tema de investigación abierto. Usando estaciones de medición en Norteamérica y Japón se ha podido constatar que estas ondas se originan en el océano, pero su fuente se mueve en invierno y verano:
Aunque una investigadora bromea sobre que el origen puede ser un monstruo marino que emigra en los meses fríos (oír en enlace 4 que dejo abajo), la mejora explicación por ahora parece ser una compleja interacción del viento de las tormentas con la superficie del mar, donde se generan olas, y una parte de esta energía se acaba transmitiendo al fondo marino por medio de oleaje de infragravedad.
Se ha propuesto estudiar el nivel de este zumbido a largo plazo, ya que si de verdad está relacionado con la cantidad de tormentas, se podría usar para estudiar el cambio climático a nivel global.
Otra prueba más de lo intrincado de todos los elementos de la Tierra: desde la temperatura del aire hasta las vibraciones del planeta como un todo.