En 1998, el primer prototipo del AMS (Alpha Magnetic Spectrometer) fue instalado en un transbordador de la NASA como primera «prueba de concepto» de un detector de rayos cósmicos capaz de detectar nuevos tipos de partículas «extrañas«. En ese primer vuelo, detectó una partícula (núcleo atómico) que no tiene explicación (*): pesaba como el Manganeso pero tenía la carga del Oxígeno [1].
Desde entonces, ha habido dudas de si realmente esa detección fue real o un simple «error» del instrumento. El interés en la partícula está justificado, ya que hay científicos que creen que se trataría de la primera observación de materia extraña.
¿Qué es la materia extraña?
La materia ordinaria, como ya vimos, se compone de átomos cuyos núcleos están formados por «paquetes» de tríos de quarks que nunca se desligan. Sin embargo, según algunas teorías habría situaciones como las estrellas de neutrones en donde la materia podría entrar en una nueva forma, una especie de líquido de quarks, lo que se llamaría materia extraña.
Sus peligros
Uno de los riesgos que se airearon para intentar frenar el arranque del Large Hadron Collider (LHC) fue la posible generación de stranglets, o partículas de materia extraña. De hecho, un tal Walter Wagner (que ya intentó frenar el arranque de un acelerador en 1999 en New York), mantiene hoy día una campaña en esta web para impedir la puesta en marcha del nuevo acelerador.
Los strangelets, en teoría, tienen la temible propiedad de convertir toda la materia ordinaria en materia extraña por contacto, en una especie de efecto bola de nieve que acabaría convirtiendo toda la Tierra en un líquido de quarks….
Hay que dejar muy claro que nunca, nunca, nunca, se han encontrado las más mínimas evidencias de este tipo de materia, exceptuando casos como la detección del AMS en 1998, y más bien las pruebas cada vez dan más por seguro que la materia extraña, no existe.
Pruebas en contra sobre la superficie Lunar
Recientemente, un equipo internacional de científicos [2] ha analizado 15 gramos de polvo de la superficie lunar traído en el primer alunizaje del Apollo de 1969. Su objetivo era buscar trazas de strangelets que pudieran haber quedado atrapadas en el suelo lunar durante los 500 millones de años que el polvo habrá estado probablemente expuesto a los rayos cósmicos, convirtiéndose en una excelente ventana al pasado.
Pero el equipo no ha encontrado ningún rastro de materia extraña (con una seguridad del 95%). Aunque ninguna teoría científica se puede descartar al 100% hasta que la cantidad de datos sea abrumadora, parece que la Luna les ha quitado la razón esta vez a los que temen que el LHC, u otros aceleradores, puedan convertir el planeta en materia extraña.
(*) ¿Porqué no tiene explicación? Podría ser un isótopo de Oxígeno con un exceso de neutrones, pero son demasiados neutrones de sobra…
- [1] http://www.sciencemag.org/cgi/content/short/325/5946/1327-a
- [2] http://link.aps.org/doi/10.1103/PhysRevLett.103.092302