Los escribas egipcios de hace 3300 años eran unos cachondos. En vez de chistes de Lepe, tenían a un escriba ficticio (¡esperemos que lo fuese!) llamado Amen-em-opet del que se mofaban en unas cartas satíricas que los estudiantes copiaban como ejercicio. Un hipotético rival llamado Hori reprende al …
Matemáticas viejunas: pasos de gigante del pasado
