Construir una nano-máquina así es toda una hazaña: 100 nm son sólo unos 1000 átomos uno al lado del otro, y conseguir que encajen el estátor, el rotor y que todo el sistema realmente funcione a partir de su fuente de energía, un logro de ingeniería increible… tanto, que no es ingeniería.
Este motor en realidad forma parte del mecanismo de movimiento de muchas bacterias, y ha sido uno de los argumentos esgrimidos por los defensores del diseño inteligente, alegando que es imposible que una pieza tan perfecta y compleja sea fruto de la evolución.
Con una eficiencia de casi el 100%, el motor convierte un gradiente de concentración de iones (H+) en movimiento:
Para terminar, aquí se puede ver el motor de uno de éstos flagelos, en este caso de un alga unicelular:
Esta ultima imagen es del laboratorio de Dartmouth. Hay muchas más imágenes aquí.