La siguiente fotografía podría representar el fósil de un extraterrestre que nos visitó hace millones de años… pero no. Fue un humano normal y corriente, habitante del México prehispánico. Bueno, normal y corriente… excepto por la costumbre que tenían de alargarse la cabeza, claro:
Los arqueólogos que desenterraron este cráneo en un cementerio mexicano del siglo X no encontraron solo uno de estos cráneos deformados. En la excavación dirigida por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) se desenterraron 25 cuerpos, de los que 13 tenían signos evidentes de deformación craneal intencional.
Por sorprendente que parezca, deformar la cabeza de los niños desde el primer mes de vida era una costumbre bastante extendida en la antigüedad: está muy bien documentada en los pueblos Mesoamericanos (como los mayas), pero como veremos abajo se daba en Egipto, Asia e incluso Europa.
Existen distintas técnicas de «head binding» («vendaje» de cabeza, a falta de mejor traducción) o «aplanamiento de cabeza», pero el factor común es la aplicación de grandes fuerzas de manera semipermanente, sobre todo durante las primeras etapas de la vida del niño, para forzar a los huesos del cráneo a «crecer» o «soldarse» de una forma antinatural. La fuerza se podía aplicar con vendas atadas fuertemente alrededor de la cabeza, o mediante planchas de madera.
¿Por qué deformarían los padres las cabezas de sus hijos? Los expertos lo tienen claro: la forma distintiva de la cabeza se usaba, al menos en algunos pueblos, como símbolo de superioridad de las élites. En Paracas (Perú) se han llegado a encontrar indicios de que cada linaje o familia noble deformaba la cabeza de una forma determinada, algo así como usar un escudo de armas familiar… pero imposible de ocultar. Evidentemente, al ser rasgos adquiridos por deformación, estos no se heredan de manera biológica de padres a hijos, siendo obligatorio que los padres continúen aplicando las técnicas de deformación para transmitir su particular herencia a sus hijos.
Si alguien piensa que con esta técnica se puede conseguir un mayor volumen craneal, y con ello supuestamente mayor inteligencia, parece ser que no siempre se conseguía. Un estudio científico (paper) determinó que, en general, el volumen craneal no muestra un incremento estadísticamente significativo, al menos en las muestras examinadas. De hecho, lo que sí observan otros investigadores es la gran frecuencia con que estos cráneos aparecen en cuerpos de niños de corta edad, lo que más bien parece indicar que quizás muchas veces no era bueno para salud estrujarse tanto los sesos…
La antigua Europa no se libra de esta extraña costumbre. De hecho, hace apenas unos días se desenterró en Francia uno de estos cráneos deformados, datado aproximadamente en el siglo V d.C.:
De hecho, todavía se practicaba esta tradición en Toulouse (Francia) en fechas tan recientes como principios del siglo XX, como se describe en este artículo médico (paper en PDF).
Incluso hoy en día se sigue realizando en algunas tribus africanas:
También se han encontrado cráneos deformados entre el pueblo asiático de los hunos:
Y buscando un poco, Internet está lleno de cráneos de este tipo fotografiados en museos, sobre todo de América Central:
Y esta otra, que aún conserva el pelo rojo, es una de los muchos ejemplares encontrados en Paracas (Perú):
Después de todo esto… ¿sigues pensando que los Caraconos vienen del espacio exterior? 😉