Hoy os dejo con una imagen para reflexionar, elaborada por el Council on Foreign Relations (CFR) norteamericano:
Se trata del mapa de brotes de sarampión, paperas y rubeola desde 2008. Está claro que el sarampión campa a sus anchas en el tercer mundo, donde en muchos lugares es endémica. Pero en el mundo desarrollado no deberían apenas existir brotes, ya que estas tres enfermedades son las que previene la vacuna triple vírica, administrada a los niños de un año de edad.
Estos brotes en Europa y EEUU parecen ser el indeseable efecto del movimiento anti-vacunación, promovido desde Reino Unido por el infame Dr. Andrew Wakefield, quien intentó mostrar la conexión entre autismo y vacunas. Y a pesar de lo desacreditada que ha quedado la opinión de este científico, p.ej:
- El médico que inventó la conexión entre vacunas y autismo no podrá ejercer en Reino Unido por su falta de ética
- El inventor de la conexión entre triple vírica y autismo planeó ganar millones gracias al miedo a las vacunas
- ‘Time’ considera la conexión entre las vacunas y el autismo uno de los más grandes fraudes científicos
la gente sigue funcionando con el «por si acaso…», «mejor no arriesgar», etc.
Los investigadores han demostrado (paper) que el miedo ya se extiende a todas las vacunas, en general, habiendo sido un factor detonante del brote de tos ferina ocurrido en California en 2010.
Expertos de todo el mundo se muestran firmes en su opinión: la vacunación no es una elección personal que pueda tomar libremente cada padre para sus hijos. Es una cuestión de salud pública, ya que las enfermedades que puedan contraer unos niños son un peligro para el resto de su entorno.