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Mi mensaje a los jóvenes investigadores: lo siento

Hoy me apetece desahogarme, así que voy a escribir un post de opinión (quién sólo esté interesado en temas técnicos o curiosidades puede dejar de leer para no perder más tiempo ;-).
Antecedentes
Hace más de un año escribí sobre lo que se le pasa por la cabeza, en uno de esos días, a cualquiera que haya decidido dedicarse al mundo de la investigación pública en este país. Me refiero a aquellos en los que ves con pasmo la ineptitud que promueve el sistema actual (por otro lado, la misma tónica existente en casi todos los sectores de la sociedad, no pretendo hacer creer que es una excepción). Existen excepciones a este panorama en algunos departamentos y centros, pero hoy día son la aplastante minoría. Además, son aún más dolorosos por demostrar que el problema no es legislativo ni del país: sino de mentalidad.
Debido a una noticia que he recibido recientemente, hoy podría haber sido otro de esos días de los que hablé hace un año. Pero sinceramente, a estas alturas uno ya tiene totalmente encallecida la capacidad de asombrarme por el nivel de la flagrante e impunible endogamia del sistema, así que he decido escribir esto para reflexionar sobre cómo llegué a rendirme y aceptar el estado de las cosas por muy lamentable que sea. Y de paso, ahorrarles unos cuantos años de engaños a los jóvenes que estén empezando. No soy el único iluminado al que se la ocurrido la idea de airear las vergüenzas del sistema, dicho sea de paso:
Como se puede ver, es algo que clama al cielo desde todos los sectores de la sociedad que son conscientes del problema… los únicos sordos (¿o temerosos de perder votos?) son los encargados de legislar.

Constitución española, Art. 103.3: La Ley regulará (…) el acceso a la función pública de acuerdo con los principios de mérito y capacidad, (…).
Alguna batallita más
En fin, voy a describir mi caso, de cómo en el último año han conseguido terminar de convencerme con hechos de que realmente no se puede cambiar la inercia de la enorme maquinaria de tráfico de influencias e intereses que son estas instituciones. No se puede. Punto. Mi caso no es ni más ni menos sangrante que las decenas que enlazo arriba, pero prefiero perder una hora escribiéndolo aquí que rellenar instancias de reclamaciones que irán a /dev/null.
Ante todo, decir que no escribo desde el resentimiento ya que, afortunadamente, no me va a faltar trabajo y aunque hubiese sido seleccionado habría rechazado el puesto.
Recientemente me comunicaron la resolución de un proceso selectivo en una universidad del sur de España, y en la que no quedé en primer puesto. Con ésta, es la tercera vez que me ocurre en un año, habiéndolo intentado en distintos centros de diferentes comunidades autónomas.
Para quien no conozca el sistema, básicamente se barema a cada candidato según una normativa de puntuaciones según sus méritos y experiencia docente e investigadora. El baremo es público, el CV de los candidatos no. Excepto que ellos lo publiquen voluntariamente en Internet, los concursantes tienen muy difícil (o imposible) acceder al CV del resto. Como mucho, en algunas universidades dejen ojear los CVs físicamente, lo que es un problema para quienes vivan en otras ciudades (no digo ya países…). En otras no existe ni esa opción.
Quienes me conozcan, sabrán que mi CV está bien público, ya que no tengo nada que esconder (no lo enlazo aquí por razones obvias, y pido que nadie lo haga para evitarme problemas).
Por lo tanto, para estar seguros de que el proceso ha sido justo, se debería tener acceso al CV de los demás candidatos. En uno de los procesos que participé, calculé según el baremo que debía sobrepasar por casi un 30-40% al siguiente candidato. Craso error. Era un CANDIDATO LOCAL, así que finalmente me asignaron justo un 2% menos puntuación que a él.
Curiosamente, su CV, accesible en Internet anteriormente (¡gracias, caché de Google!), fue eliminado de forma que a la hora de reclamar me encontré con una mano delante y otra detrás. ¿Cómo reclamar contra CV invisibles? Es un plan genial. ¡Enhorabuena!
En verdad era ironía, pienso que es lamentable.
El otro caso más reciente que he tenido ha sido aún más sangrante, ya que mis publicaciones sobrepasaban al candidato local en casi 8-10 veces más, además de muchos otros méritos que no vienen al caso. Había subestimado el poder de ser el CANDIDATO LOCAL: me he quedado a casi un 30% por debajo suya. Como digo, aunque existiese la más mínima información de su CV (que no existe) para poder contrastar, no me interesa reclamar porque no necesito la plaza.
Pero tiene cojones la cosa, con perdón por la expresión.
El mensaje final para los jóvenes investigadores
Vuestros jefes me odiarán, pero mi consejo si estáis empezando la carrera investigadora en este país es simple: salir corriendo ya, o, si te queda poco para acabar la tesis, terminarla pronto y salir corriendo en cuanto puedas.
A menos que hayas llegado al lugar adecuado en el momento adecuado (en cuyo caso tú serás el CANDIDATO LOCAL y no tendrás nada que temer), no tienes el más mínimo futuro en tu universidad, ni en prácticamente ninguna otra. Creo que es mejor que le digan a uno las cosas claras. Como espero habrás comprendido tras leer los enlaces que pongo arriba, no te va a ser fácil encontrar otra universidad del país que no tenga ya sus candidatos y por tanto te descarte, da igual lo bueno que seas o lo que te hayas esforzado o que tengas el triple de papers que los demás. Vas a acabar prácticamente igual.
Ese es mi mensaje. Me ha costado siete años asimilarlo y creérmelo; no caigáis todos en el mismo error.
Corolario
Sólo dos universidades españolas están entre las mejores 200 del mundo. ¿Está un poco más claro ahora el porqué?

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